martes, 19 de noviembre de 2013

REPERCUSIONES DEL INCIDENTE EN LA BALANZA DE VIALIDAD NACIONAL

Castillo dialogando con PeR
Por Lucas Castillo

El 19º Distrito – Bahía Blanca de la Dirección Nacional de Vialidad habitualmente informa que se registran cifras records de pesadas y de labrado de actas en las balanzas de su jurisdicción en Gral. Cerri y en Pigüé.
Sin embargo, recibimos información que nos aseguraba que días atrás un camionero, con el consentimiento (y si no lo hubo tampoco lo advirtió) de un empleado del puesto de Control de Pesos y Dimensiones (balanza) de Vialidad Nacional ubicado en el kilómetro 701,9 de la R.N.Nº3 a la altura de la localidad de Gral.Cerri, derramo mas de 6.000 litros de hidrocarburos en un descampado a 800 metros del puesto. Esto originó una denuncia anónima, una persecución (al chofer del camión hubo que interceptarlo kilómetros mas adelante) y un trabajo de suelo con un fuerte despliegue del cuerpo de bomberos de la Policía Federal ubicados en el Cuartel Central de calle Castelli, para realizar el tratamiento de suelo.
PeR fue en busca de un especialista en el tema y por eso diálogo con el Sr Pablo Castillo, director de Legos Emergencias, Empresa dedicada a la capacitación de personal para primeros auxilios y de respuesta rápida ante emergencias de tipo ecológicas, rescates, sustancias peligrosas, etcétera. Castillo mencionó que “la legislación a cumplimentar está incluída en la ley nacional de tránsito 24.449 donde se indica las caracteristicas a seguir por choferes y transportes y la documentación que deben presentar.
En este caso nos indicó que el camionero adeudaba la VTV de chasis, acoplado y tractor; además de tener sobrecarga y cubiertas lisas. Había varias bocas de carga y descarga sin precintos y se detectó además un goteo dinámico y estático de la carga (estas son normas técnicas y de seguridad mínimas que permiten el transporte de esta sustancia por vía terrestre).
También faltaba la cartelería que indique en el vehículo las caracteristicas de las sustancias; los matafuegos; los precintos en las bocas que aseguren que el producto no se alteró desde el generador hasta quien lo recibe; el kit de emergencias, y otras irregurlaridades más.
La ley indica que no pueden transitar estas cargas por la ciudad, exceptuando las de combustibles que proveen a las estaciones de servicio y las de oxígeno (necesarios para los Hospitales). Si un vecino viera un camión de este porte en las calles deberia llamar al 911, aunque no haya peligro ni emergencia, porque la disposición se lo prohibe.  Es insólito que en este caso se hayan hecho 2000 kilómetros ( ¿desde dónde viene???)  y se llegue a Bahía Blanca con el faltante de la documentación y el resto de las infracciones mencionadas. En otras provincias es Gendarmeria quien inspecciona a estos transportes, y es un tema que no cualquier provincia se atreve a controlar o legislar.
En Buenos Aires es el OPDS (Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible) quien cuenta con la unidad de respuesta rápida que maneja estos temas en conjunto con la Policía Bonaerense, donde su área especializada es la Dirección de Prevención Ecológica y Sustancias Peligrosas con una delegacion en Bahía Blanca.
Las leyes medio ambientales son propias de cada país, pero si los controles no son buenos, son pocos y hasta no son periódicos, es difícil cumplir. Nos preguntamos cuántos casos como éste pueden llegar a darse todos los días sin que nadie los frene. Las fallas como estas se ven cuando se controla, pero si los organismos correspondientes son permisivos o les dejan trabajar bajo el proceso de adecuacion a la ley establecida con el pretexto de favorecer la fuente de trabajo...
La psicosis instalada en Bahia Blanca se debe a innumerables incidentes que algunos aseguran que son más o menos lógicos, pero a los que no deberíamos acostumbrarnos. Estamos convencidos de que si a la comunidad se la informara respecto de cómo es que se trabaja con las sustancias peligrosas, sin dudas la población estaría mentalizada de otro modo. Es por eso que el periodismo en general debería abordar la temática del medio ambiente, no como un detalle más dentro de la información diaria, sino con el lugar y la continuidad que corresponde. No se la tendría que difundir solo en "bloques" destinados a completar un espacio junto a otras noticias, como si se tratara de una moda pasajera.
Si todos nos tomáramos el tiempo de observar atentamente y conserváramos el compromiso de comunicar con la verdad, nuestro imaginario no estaría tal vez tan influenciado por informaciones incorrectas.

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